<<Es curioso que mientras en éstas regiones (Cataluña y Vascongadas) está bien visto ser nacionalista e incluso independentista y celebrar su día grande con fiestas, banderas y símbolos entre sus ciudadanos; al resto de españoles nos han hecho sentirnos culpables si esbozamos nuestro amor patrio. Ya no sabemos cual es el día grande de los españoles: el día de la Hispanidad venido a menos o el día de la Constitución que aprovechamos para salir de vacaciones y no para celebraciones. No lo sabemos, o tal vez no queremos saberlo, y mucho menos salir por las calles o colgar en nuestros balcones la bandera de España para celebrar nuestro españolismo, no tardaríamos en ser tachados de modo peyorativo de nacionalista español por parte de los partidos de izquierdas que han cedido todo el protagonismo de la bandera a la derecha, ¡como si esto fuese la peste! Recordemos las crónicas de prensa cuando se hizo el homenaje a la enorme Bandera Nacional el 2 de octubre de 2002 en Madrid. «Este homenaje –dijo Jesús Caldera, PSOE- puede herir las sensibilidades de comunidades autónomas con símbolos que merecen el mismo respeto» (20) Por su parte Llamazares de I.U. dijo que: «actos de este tipo no ayudan nada a la situación actual en la que se confrontan la patria española y la vasca o las demás» (21) El catalán Artur Mas «calificó el homenaje de provocación amenazando al gobierno que están al límite de la paciencia» (22). ¿Estamos en España, somos españoles, entonces de qué tenemos que avergonzarnos? La diferencia del nacionalismo español de los nacionalismos regionales es, que mientras uno defiende la solidaridad, integración, las culturas entre los pueblos del estado; el otro practica la insolidaridad, segregación, marginación. Claro ejemplo es el acoso a lo español en Cataluña y Vascongadas. El Castellano es casi perseguido en Cataluña, los comerciantes se ven obligados a rotular sus letreros en Catalán bajo multa, en las escuelas se niega la enseñanza en Castellano pese a las sentencias del Tribunal Supremo. Ejemplo claro de esta persecución lo protagonizó hace años Jordi Pujol con un representante de la UNESCO resaltado por Álvarez Puga (23) «El acto es en catalán, como usted no conoce el catalán, puede hacerlo en cualquier idioma, pero le ruego no sea en castellano». Actos como este son bastante frecuentes en Cataluña. En un pueblo del País Vasco durante un campamento de niños «cuando los menores se expresaban en el idioma de Castilla eran obligados a cargar con una mochila llena de pedruscos». Vargas Llosa en su discurso ante la Academia Sueca dejó claro la diferencia entre ambos: «No hay que confundir el nacionalismo de orejeras y su rechazo del “otro”, siempre semilla de violencia, con el patriotismo, sentimiento sano y generoso, de amor a la tierra donde uno vio la luz,…» (24) No se que ocurriría en este país si los españoles quemáramos banderas y símbolos nacionalistas como hacen ellos con la Bandera Nacional o imágenes de la corona. La amenaza de la independencia la tienen siempre en boca para sacar al estado el máximo aporte económico para su «país», de ahí que las grandes industrias y servicios estatales son instalados en estas regiones y pese al déficit de muchas de ellas, son mantenidas para no desairar a los nacionalistas cuando debía haber sido al revés, esta es una de las causas del gran desequilibrio económico regional. En fin, sobran ejemplos para ver que la razón de ser de los nacionalismos dentro de los estados democráticos está basada en el odio e insolidaridad hacia el resto de los pueblos con el único propósito de conseguir su independencia y de paso intentar destruir el estado. Siempre surgen en las regiones más ricas de la nación, que por otra parte han crecido gracias al resto del Estado, pero prefieren ser independientes y sumisas al imperio de las grandes naciones de Europa, que una región próspera y querida dentro de España.>>
Fragmento del borrador-artículo inédito e inconcluso «EL SENTIR MURCIANO» Última actualización enero 2011, autor Juan Gutiérrez García.
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Estoy de acuerdo en cuanto dices, pero todavía es peor que la derecha ni siquiera luce la bandera por el mismo estúpido miedo a molestar a los nacionalistas. Por una vez debían ponerse de acuerdo los dos grandes partidos, cambiar la Ley Electoral y que los partidos regionalistas tengan la misma representatividad que el resto de los españoles.
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